El estimado compañero Kim Jong Un, en el mensaje enviado a los participantes en el Ⅸ Congreso de la Organización de Niños de Corea, escribió que la mayor empresa de un partido revolucionario es edificar un país prestigioso y poderoso en que las generaciones venideras lleven una vida digna sin tener que humillarse ante nadie, pasen los años que pasen.

Continuó que el pueblo defiende con firmeza la bandera roja del socialismo, fabrica las armas más potentes del mundo venciendo duras pruebas y no deja de levantar centrales eléctricas, fábricas, repartos y aldeas, precisamente con el objetivo de regalarles risa y dicha a las futuras generaciones y dejarles como legado una potencia eternamente próspera.

Y subrayó que los compañeros de la ONC verán pronto esa potencia socialista y que el Partido del Trabajo de Corea y el pueblo se esforzarán con más tesón y construirán infaliblemente un mundo en que ellos puedan vivir sin preocupaciones ni estrecheces, con alegría, vigor, felicidad y abundancia.