Eminente figura: la audacia y el coraje del gran hombre y el milagro

La historia no conoce otro hombre comparable al gran Líder Kim Il Sung en audacia y coraje.

La revolución coreana ha sido un proceso de superar continuas pruebas y dificultades.

Sin embargo, gracias a la sabia dirección del gran Líder, quien poseía el audaz coraje de ver el cielo abierto, la férrea voluntad y la inconmovible convicción revolucionaria, el pueblo coreano pudo lograr la brillante victoria en la lucha revolucionaria antijaponesa y tirar fuegos artificiales en festejo de la victoria en la guerra tras derrotar al ejército agresor del imperio que se jactaba de la “supremacía” en el mundo.

En virtud de la audacia y el coraje del gran Líder el pueblo coreano ha podido avanzar con firmeza e inscribir sólo la victoria en la construcción socialista a pesar de toda clase de maniobras de las fuerzas hostiles.

Siempre imperturbable y sosegado ante cualquier prueba y dificultad, el gran Líder resolvía acertadamente todos los problemas, trazaba planes ambiciosos, realizaba operaciones audaces y, una vez decidido, practicaba todas las tareas hasta acabarlo. He aquí la grandeza de su audacia y coraje..