El 5 de octubre de 1947, el gran Líder Kim Il Sung, preocupado por los niños de la Escuela para hijos de mártires revolucionarios que pasarían el día de descanso en soledad, visitó el edificio temporal en la comuna Kan.

Fue domingo y en el patio se llevaba a cabo un partido deportivo.

Observando a los niños jugando al fútbol, aconsejó a los funcionarios que organizaran bien la vida escolar acorde a las características psicológicas infantiles y les indicó sus defectos que cometían en su trabajo por falta de experiencia.

Saboreó en persona el agua potable y recomendó encarecidamente que prepararan siempre el agua hervida y se acostumbraran a hacerlo sin falta aunque era poco tolerable en el caso de practicar el deporte sudando.

Terminado el partido deportivo, el Líder exhortó al director de la escuela a criar bien a los niños que son pilares de la futura Corea.