En su inmortal obra clásica “Intensifiquemos más las labores de la Unión de Mujeres enarbolando la bandera de la identificación de toda la sociedad con el kimilsungismo-kimjongilismo”, el estimado compañero
En la llamada familiar y cariñosa “madre” está reflejada el respeto social y gran esperanza a las mujeres quienes dedican amor y afecto por el bien de los descendientes sintiendo miles de sufrimientos como placer, dijo y afirmó que al margen de ellas no pueden existir ni la familia ni la sociedad y, a la larga, no se puede pensar en el futuro de la patria.
Apuntando la necesidad de que los miembros de la unión femenina y demás mujeres deben ser raíces y abono inicial para materializar el amor al futuro del Partido, enseñó la vía.
Bien conscientes de la misión y responsabilidad de la madre, deben costar mucho trabajo y dedicarse por entero a la educación de los descendientes, dijo y continuó que las madres tienen que esforzarse para que sus palabras y todos los motivos de su vida sean el curso de educación de sus hijos, prepararlos como excelentes continuadores de la revolución y protagonistas del porvenir y convertir sus familias en las revolucionarias de militares, de científicos y de patriotas. Agregó que para este fin, ellas mismas deben poseer nobles rasgos humanos y del revolucionario, amplios conocimientos y preparación cultural.