El estimado compañero
Los soldados disputaban para situarse más cerca al Comandante Supremo aun en las torres de tanque.
Un soldado de baja estatura se impacientaba mucho por no lograrlo. Pese a sus esfuerzos, no podía con otros corpulentos y altos.
Muy impacientado, el soldado levantó en vano los talones para asomarse entre los hombros de los de la línea delantera.
En aquel momento, la vista de
Cuando el Comandante Supremo le preguntó si no se veía bien por su baja estatura, le parecía estar en sueño. Solo cuando
El soldado se fotografió con una amplia sonrisa sintiendo de corazón el amor paternal del Comandante Supremo.
Así el soldado que se avergonzaba por su baja estatura se convirtió en aquel momento en un “feliz gigante” para envidia de todo el mundo.