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La idea Juche y la vida cotidiana en Corea

Anne Guussens
Secretario general de la Asociación de Amistad Bélgica-Corea

El gran Líder Presidente Kim Il Sung es el fundador del Partido del Trabajo de Corea, del Ejército Popular de Corea y de la República Popular Democrática de Corea.

Después de las guerras revolucionarias contra el imperialismo japonés y el norteamericano, el pueblo coreano, ultrajado y humillado en la colonia en el tiempo pasado, se hizo en uno revolucionario, fuerte y digno que pone en pleno manifiesto a todo el mundo su espíritu heroico y que defiende firmemente su soberanía.

El Presidente Kim Il Sung creó la idea Juche que considera a las masas populares como dueñas y fuerzas impulsoras de la revolución y la construcción.

El Presidente Kim Il Sung dijo el 7 de septiembre de 1968 en el informe conmemorativo del vigésimo aniversario de la fundación de la República Popular Democrática de Corea lo siguiente:

“El contenido de la democracia proletaria es liquidar a las clases explotadoras de una vez por todas, asegurarle plenamente a la clase obrera y otros sectores del pueblo trabajador no sólo su libertad y derechos políticos auténticos sino también una feliz vida material y cultural, y fortalecer por todos los medios la cooperación y la ayuda camaraderiles entre ellos.”

En nuestras visitas periódicas a Corea, nos hemos fijado en cómo se aplican tales principios en la vida cotidiana de este país.

La idea Juche constituye la idea rectora de la revolución coreana y la construcción de la sociedad a estilo coreano.

En el observatorio del Monumento a la Idea Juche de 170 metros de altura, pudimos admirar todo el panorama de Pyongyang entre el que se destacan la Plaza Kim Il Sung en el centro de la ciudad, el Hotel Ryugyong en forma triangular y el Estadio Primero de Mayo con 150 mil asientos donde tuvo lugar gimnasia masiva y función artística Arirang, etc.

Merece indicar antes que todo el Metro de Pyongyang. Allí están instalados mapas-guía; uno aprieta botón-indicador de destino y ve la ruta encendida. No hay ninguna preocupación por la pérdida de dirección. En todas las estaciones hay mosaicos estupendos y en el mundo subterráneo tan limpio no se ve ni un papelito deshecho. En las plataformas hay periódicos diarios que leen los pasajeros.

Nos quedamos muy impresionados durante nuestras visitas al Hospital Pediátrico Okryu y varios hospitales de las zonas rurales. En esos hospitales todas atenciones médicas son gratuitas; antes de entrar, nos pusimos chanclos y nos lavamos la mano con desinfectante. Esta norma es muy importante para prevenir las infecciones.

Nos sorprendió otra cosa; en el caso de que un niño va a quedar allí por un largo tiempo, su mamá puede quedarse con su hijo. Pues el hospital da a estas mamás hasta pijamas. Se les permite acompañar a sus hijos en la fisioterapia y atenderlos personalmente. Ante la urgencia de trasladar a un paciente desde la provincia a la capital, se moviliza el helicóptero para toda seguridad. Al lado del hospital hay un paso de suelo para los casos de apuro. Todos los niños que se quedan en el hospital por un tiempo considerable, asisten a las clases en la escuela abierta dentro del hospital, por eso ninguno perderá clases.

También visitamos las instalaciones para los inválidos. Nos presenciamos que casi todos los días, les tratan con devoción a todos los que tienen problemas con el oído, la vista y el músculo y se les ofrecen los servicios de nivel especializado.

Salimos de la capital con destino a suburbio. Vimos en una aldea a los campesinos que cultivaban en grupos el arroz de manera eficiente. En la aldea hay una escuela con 600 alumnos. Y también, hay un centro de asistencia médica donde trabajan 4 médicos para servirles gratuitamente a los aldeanos.

Luego, tuvimos la oportunidad de visitar a una hilandería cuyas excelentes condiciones laborales para las obreras bastaron para ponernos impresionados. El ejemplo es ese dispositivo electrónico detector-vaporizador cuando la cantidad del polvo sobrepasa el límite. Además plantan árboles para purificar el aire en todos los alrededores de la fábrica. En la biblioteca de la fábrica las obreras estudian y renuevan sus capacidades profesionales. La casa-cuna de la fábrica es gratis y las madres amamantan a sus bebés incluso en las horas de trabajo. Las obreras trabajan 6 días a la semana, 8 horas al día.

Leímos la noticia de que hubo inundaciones que azotaron el norte del país y todo el ejército se movilizó para construir, en tan sólo tres meses, 14 mil viviendas dañadas.

Armado con la idea Juche, el pueblo coreano va superando todas las dificultades y pruebas y gana victorias en la revolución y la construcción.