La autóctona concepción socio-histórica aclara que las esferas principales del desarrollo social son la transformación de la naturaleza, la sociedad y el hombre.
La transformación del hombre constituye una labor destinada a formar a las personas como seres integralmente desarrollados dotados de la conciencia ideológica independiente y alta capacidad creadora.
En ella desempeñan un papel importante las campañas masivas del carácter revolucionario entre otras el Movimiento por la Bandera Roja de las Tres Revoluciones, el de aprender de los beneméritos del patriotismo socialista y el de adelantar a otros, aprender de ellos e intercambiar experiencias.
Por tales campañas la transformación ideológica se convierte en una labor propia de las masas contribuyendo a formarlas como revolucionarias auténticas con la conciencia ideológica independiente, así como se avivan los celos por elevar el nivel de conocimientos científico-técnicos, en lo cual se cultivan talentos con alta capacidad creadora.
Las personas ordinarias se hacen héroes de la época y creadores de milagros e innovaciones, y los atrasados se convierten en los avanzados por esos movimientos. He aquí el poderío y tradición de las campañas revolucionarias desplegadas en la RPD de Corea.